Está solo. Para seguir camino se muestra despegado de las cosas. No lleva provisiones.
Cuando pasan los dÃas y al final de la tarde piensa en lo sucedido, tan sólo le conmueve ese acierto imprevisto del que pudo vivir la propia vida en el seguro azar de su conciencia, asÃ, naturalmente, sin deudas ni banderas.
Una vez dijo amor. Se poblaron sus labios de ceniza.
Soledad, libertad, dos palabras que suelen apoyarse en los hombros heridos del viajero.
De todo se hace cargo, de nada se convence. Sus huellas tienen hoy la quemadura de los sueños vacÃos.
No quiere renunciar. Para seguir camino acepta que la vida se refugie en una habitación que no es la suya. La luz se queda siempre detrás de una ventana. Al otro lado de la puerta suele escuchar los pasos de la noche.
Sabe que le resulta necesario aprender a vivir en otra edad, en otro amor, en otro tiempo.
Tiempo de habitaciones separadas.
Luis Garcia Montero...
2 Comentarios
Enviado por Lluis.m el Sunday 29 de October de 2006
“OSTRAS PEKAS sabes llegar al corazon gracies apa siau”
Enviado por Pirineista el Wednesday 8 de November de 2006
“Muy bonito el poema! Nos vemos en los kayaks de mar!”